El periodista ironizó sobre la situación. "Esta semana se supo que Boudou omitió declarar 27 cuentas. Se olvidó también que conoce a Vandenbroele. ¿Tiene Alzheimer o nos toma de boludos", se preguntó.
Y además, habló sobre lo que ocurrió en el Congreso. "Frente al escándalo de Boudou el oficialismo debatió y desestimó los pedidos de juicio político que había", comentó.
Lanata, finalmente, hizo un chiste sobre la semifinal que va a jugar la Selección en el Mundial. "El miércoles enfrentamos a Holanda y a mí lo único que me preocupa es Robben: es el jugador favorito de nuestro Gabinete", bromeó.
Fuente Video: https://www.youtube.com/user/OTROBB4/videos
Un equipo de Periodismo para todos viajó a Santiago del Estero para conocer la provincia que ahora está gobernada por Claudia Abdala Ledesma, la esposa de Gerardo Zamora, quien ocupaba ese puesto y ahora se convirtió en senador y tercero en la línea de sucesión presidencial.
Enseguida, los periodistas en el lugar notaron que eran seguidos constantemente. Fueron sometidos a interminables controles policiales en las rutas. Lo más llamativo, una cantidad de autos sin patente.
“Es un gobierno que detenta la suma del poder público”, definió Emilio Rached, exvicegobernador.
El hijo de Zamora, Francisco, es otro personaje polémico. Juan Suris, amigo de Leonardo Fariña detenido por una causa relacionada con narcotráfico y fraudes, lo nombró en conversaciones telefónicas que están en manos de la Justicia. Lo nombró como un amigo con el cual se pueden hacer negocios en la provincia.
Villa Atamisqui, en Santiago del Estero, podría ser definida como la capital nacional del kircherismo, ya que en las últimas elecciones el partido obtuvo el 93,8 por ciento de los votos. Sin embargo, en el pueblo no hay ni gas natural, ni luz, ni agua. Además, no existen casi fuentes de trabajo más allá del Estado. ¿Cómo ganó allí el kirchnerismo? La respuesta es simple: era la única boleta que había, el único partido que se presentó en el pueblo.
Nelson Villagrán, expolicía, relató un episodio que vivió en la provincia. Luego de un reclamo para pedir mejoras salariales para la fuerza, fue secuestrado y torturado. Ocurrió en enero de 2013. Más tarde, lo volvieron a detener por participar de una protesta pacífica. Juan Pablo Suárez, el periodista que grabó el momento, también fue detenido.
Otro hecho que marcó la provincia fue el crimen de Raúl Domínguez, quien fue asesinado luego de denunciar corrupción en Rentas de la provincia, donde él trabajaba. Su hijo relató que el episodio se dio en 2008. A los 15 días del secuestro apareció el cuerpo mutilado, con un mensaje mafioso. “A Zamora nunca lo escuché decir que había que hacer justicia por él”, indicó el hijo de Domínguez, y definió: “No existe la Justicia en Santiago del Estero, el que digita todo es Gerardo Zamora”.
Tribunales: nombran y nombran parientes
viernes, 17 de septiembre de 2010
El Poder Judicial de Santiago del Estero sigue
siendo el peor ejemplo de nepotismo, de clientelismo y,
consecuentemente, de corrupción.
Hay corrupción porque los magistrados de Gerardo Zamora y del ministro de Justicia, Daniel Daives, permiten que desde la Casa
de Gobierno les manejen los expedientes de su jurisdicción. Todos saben
que Daives casi siempre es el “instructor” y el “juez de facto”. El
caso del ex intendente zamorista, Julio Alegre, lo atestigua. Por orden
del gobernador, su ministro de Justicia seleccionó las detenciones y las
liberaciones, lo que explica que Alegre y su hermano son los detenidos,
mientras que los supuestos cómplices (empresarios, escribanos y
funcionarios municipales y de la Casa de Gobierno) estés libres. Estos datos confirman que todo manejo de expedientes es corrupto.
Hay
nepotismo y clientelismo cuando se comprueba que uno de los vocales y
su compañera son los que se encaraman como “jefes” de Recursos Humanos y
cumplen con los pedidos también de la Casa
de Gobierno. Acaban de designar en puestos muy bien remunerados a dos
parientes del primer mandatario: Mara Garnica y María Cura.
Asimismo,
la compañera del vocal del Superior Tribunal de Justicia, Carolina
Agüero, es la que maneja a su antojo las designaciones de amigos (suyos)
y de parientes de los altos funcionarios del gobierno. ¡Hay que
escuchar, por los pasillos, las reacciones en contra que tiene esta
señora entre los empleados judiciales! La “figurona”, la bautizaron.
Nadie
por supuesto toma en cuenta la competencia de los designados para cada
uno de los puestos. Se privilegia el parentesco y la “lealtad” de los
amigos.
Quien fuera un célebre
escritor y periodista español, Manuel Ossorio, definía: “El nepotismo es
la preferencia que tienen algunos gobernantes o funcionarios públicos
para dar empleos públicos a familiares”-
Y
acotaba de manera contundente y clara: "Desmedida preferencia que
algunos dan a sus parientes para las gracias o empleos públicos. En
países donde se practica la meritocracia (en su concepción de darwinismo
social) su uso es generalmente negativo y se considera corrupción”.
EL PAIS › COMO SON LOS SISTEMAS DE LOS JUAREZ Y LOS RODRIGUEZ SAA
Artículo del año 2004: Manual del feudalismo argentino (Año 1 de "La Década (Rob)Ganada")
¿Qué tienen en común y qué de diferente los
regímenes de San Luis y Santiago del Estero? La investigadora Marina
Farinetti viene estudiando este tipo de política y sus estallidos desde
hace más de una década y explica las claves de un estilo de construcción
del poder y las debilidades de las sociedades que lo sufren, se adaptan
y se rebelan.
El colmo del nepotismo / Una lección del manual del despotismo
Por Alejandra Dandan
Las características de
folletín del gobierno de los Juárez. La Nina. Los mitos. Los Rodríguez
Saá. El enfrentamiento con la Iglesia en San Luis. Los viejos feudos,
los modernos. La incidencia del menemismo. El kirchnerismo como
catalizador de procesos de cambio. Los pedidos de intervención. Las
intervenciones. Los resultados. Marina Farinetti trabaja su tesis de
doctorado sobre la construcción de poder del juarismo. Investigadora de
la Escuela de Política y Gobierno Nacional de la Universidad Nacional de
San Martín, investigó el estallido social de Santiago del Estero en
1993 y ahora revisa aquellos acontecimientos a la luz de la segunda
intervención de la provincia. En diálogo con Página/12, compara las
crisis de Santiago del Estero y de San Luis, analiza los emergentes, los
actores políticos y las diferencias. Y la crisis de los caudillos del
interior del país en el contexto del kirchnerismo.
–¿Por qué subsistieron hasta ahora los Juárez?
–El régimen sobrevivió durante años. Yo diría que hay una pregunta que contiene la respuesta: ¿por qué era tan débil el exterior del régimen? Lo que se observa en este momento son las miserias del régimen. Pero hay que preguntarse qué es lo que hay afuera. Sobrevivió sostenido por el afuera: lo que pasa es que está en la naturaleza del régimen tener poco afuera.
–Según los datos de la Universidad Católica: el 86 por ciento de la gente dependía formal o informalmente del Estado.
–La gente prácticamente está obligada a entrar en relaciones personales y a utilizar racional o estratégicamente los vínculos personales para tener una posición en la sociedad, no sólo para tener un puesto en el Estado. No sólo los sectores postergados lo hacían, también lo hacían las clases medias, los profesionales: mientras más arriba de la escala social estaban, parecían tener más dependencia de los circuitos políticos.
–¿Cómo se sostuvo el poder? ¿Por el espionaje?
–En la actualidad da la impresión de que el gobierno funcionaba a puro espionaje y autoritarismo. Estoy convencida de que además de eso tenía mecanismos muy micro y toda una arquitectura de construcción de consenso. Aunque es una palabra difícil de usar en un régimen autoritario, pero por lo menos en la elección de los funcionarios en todos los niveles del gobierno da cuenta de que existía cierto consenso.
–¿Hay elementos semejantes en San Luis y Santiago del Estero?
–Es fundamental historizar estos regímenes caudillistas o paternalistas de las provincias argentinas para entenderlos. En San Luis hay un Estado más desarrollado, más moderno, y en la situación actual hay una crisis pero no es comparable a la de Santiago. En San Luis hay una situación de fuerte conflictividad pero existe un Estado más desarrollado que implementa políticas, que tiene una organización distinta a la de Santiago, que era muy rudimentario: se puede ser igual de horroroso pero con tecnologías más complejas que las fichas, que era lo que había. En San Luis hay un administración pública más desarrollada, se nota en las políticas que han podido sostener. Pudieron sostener el régimen de promoción industrial, políticas educativas, es un Estado activo, intervencionista. Con una gestión pública clientelista, paternalista, pero podríamos decirle de modernización paternalista.
–Sin embargo parecería que la demanda de intervención federal homologa los dos escenarios.
–Pero si observa bien, hay más demanda de intervención en San Luis que la que hubo en Santiago. En Santiago importaba más la demanda de justicia en general, el esclarecimiento de los crímenes, que se vayan los Juárez pero no la intervención. En San Luis hay una demanda específica: que se vaya El Alberto por “vía de renuncia o vía de intervención”. Que no es que se vayan todos ni que cambie el régimen político. Adolfo Rodríguez Saá tiene mejor imagen que el gobernador.
–A su criterio, qué fue lo que generó el pedido de destitución de Alberto Rodríguez Saá?
–En la crisis de San Luis está claro que hay un Estado que lleva a cabo políticas y que esas políticas generan conflictos. Lo que caracteriza la crisis es que hay muchos conflictos al mismo tiempo. La policía está dividida, los oficiales quieren que descongelen los ascensos. En ese contexto, la policía tiene la oportunidad de presionar por sus intereses porque es un factor clave para el gobierno. Los docentes fueron el sector que amplificó más la situación, la intendencia bicéfala, la Iglesia, los sindicatos. Hubo una sumatoria de conflictos sectoriales que se potencian entre sí y que amplifican la oportunidad para golpear: para la demanda. Son reclamos específicos pero todos se encuentran en la demanda de la intervención federal. Es evidente que está jugando el antecedente de Santiago del Estero. Como existió, aparece la idea de que es posible la idea de sacar a un gobernador que fue elegido hace un año, un año, por el 70 por ciento de los votos. Se unificó el conflicto con esa demanda: no sé qué otra demanda podría haber generado una amalgama.
–Usted marcó dos elementos: la confluencia de conflictos y el antecedente de Santiago del Estero.
–Pero hay más: estos regímenes han sufrido un viraje, un cambio de contexto muy importante.
–¿Cuales son los cambios?
–Advierto al menos dos. Por un lado, por el gobierno peronista de Kirchner, que llegó con un discurso de modernización política, de recuperación de la ciudadanía, de derechos humanos. Son discursos universalistas. Hay un Estado nacional que aparece como un Estado protector de los derechos de todos. ¿Cómo se concilia que haya regiones del país donde existan regímenes represores? Creo que la política nacional tuvo y tiene un impacto muy fuerte sobre la política interna en esas regiones.
–¿El otro?
–Es que no sólo cambió el discurso del gobierno. También la movilización social cambió. Hay una sociedad mucho más activada y más acostumbrada a la demanda y la protesta que en los ’90. Ha cambiado completamente el contexto para estos regímenes.
Los emergentes
–El doble crimen de la Dársena suele aparecer como el desencadenante de la caída del régimen. En varias ocasiones, solió asociarse ese escenario con la Catamarca de los Saadi.
–El doble crimen fue el detonante de la caída del régimen juarista. Hubo movilizaciones pero no fueron comparables con las del caso María Soledad. Las marchas no llegaron a esos niveles. Lo que pasó en Santiago del Estero es que el juarismo se quiebra internamente.
–¿A qué se refiere específicamente con “quiebre interno”?
–Al querer esclarecer esos crímenes, los Juárez entregan a Musa Azar y Musa Azar es una máquina de decir cosas. Estuvo comprometido con el proceso, pero es él el que destapa la olla de la máquina represiva y criminal de Juárez. Frente a la suma de ese tipo de cosas no podría haberse sostenido el juarismo: los crímenes, la participación de gente cercana al centro político, los derechos humanos, el papel de Juárez antes de la dictadura y en un contexto nacional de revalorización de la recuperación de la justicia.
La sucesión
–El gran problema que tienen estos regímenes ahora es la sucesión: que es clave en un sistema político. Cómo se reproduce el régimen.
–De hecho, en las dos provincias la crisis no se disparó cuando gobernaba el caudillo natural Carlos Juárez o Adolfo Rodríguez Saá, sino cuando entraron en juego herederos aparentemente legítimos: La Nina y El Alberto.
–Pero esto es nuevo. La Nina, por ejemplo, siempre tuvo mucha importancia en la organización del asistencialismo y la máquina electoral del juarismo, pero que asumiera un cargo como el que asumió de gobernadora era lo inimaginable. Nadie imaginaba cómo iba a ser ella, no tenía vida pública. No le gustaba aparecer en público ni ser fotografiada. Hubo un momento de días de total incertidumbre. Eso tuvo un impacto muy fuerte. Sucedió lo inimaginable: ella como gobernadora, pero sucedió lo inimaginable porque también era inimaginable otra sucesión. No han surgido líderes de hecho de la revuelta del ’93, no hay ni héroes ni figuras.
–¿Es posible un postjuarismo?
–No se generó ni un movimiento social ni tampoco una alternativa política. Es muy importante 1993. Esto no tuvo una productividad política. La intervención de Lanusse está acechada por el fantasma de qué va a suceder después. Cómo imaginar una política postjuarista. ¿Acaso si se presenta Juárez no gana? Pienso que las cosas en Santiago del Estero son tan descarnadas que la edad que tiene Juárez invalida que vuelva a ganar.
–¿Quiénes son los herederos?
–San Luis tiene la configuración de una familia con mucha influencia política que en general tuvo a su cargo el gobierno. En el caso de Juárez tiene esta segunda esposa que es Nina sin hijos: no configuran una familia tradicional. Lo tradicional en Santiago del Estero, por ejemplo, es que esas sucesiones las resolvía el gobierno anterior. Natalio Botana trabaja la pauta de la sucesión de los regímenes oligárquicos conservadores en Argentina, los llama “El sistema del gobierno elector”. Era el gobierno saliente el que elegía al sucesor, no la gente. En Santiago ese mecanismo estaba institucionalizado. Era Juárez el que elegía a su sucesor a través de un sistema muy complejo que es el Partido Justicialista en Santiago.
–¿Por qué subsistieron hasta ahora los Juárez?
–El régimen sobrevivió durante años. Yo diría que hay una pregunta que contiene la respuesta: ¿por qué era tan débil el exterior del régimen? Lo que se observa en este momento son las miserias del régimen. Pero hay que preguntarse qué es lo que hay afuera. Sobrevivió sostenido por el afuera: lo que pasa es que está en la naturaleza del régimen tener poco afuera.
–Según los datos de la Universidad Católica: el 86 por ciento de la gente dependía formal o informalmente del Estado.
–La gente prácticamente está obligada a entrar en relaciones personales y a utilizar racional o estratégicamente los vínculos personales para tener una posición en la sociedad, no sólo para tener un puesto en el Estado. No sólo los sectores postergados lo hacían, también lo hacían las clases medias, los profesionales: mientras más arriba de la escala social estaban, parecían tener más dependencia de los circuitos políticos.
–¿Cómo se sostuvo el poder? ¿Por el espionaje?
–En la actualidad da la impresión de que el gobierno funcionaba a puro espionaje y autoritarismo. Estoy convencida de que además de eso tenía mecanismos muy micro y toda una arquitectura de construcción de consenso. Aunque es una palabra difícil de usar en un régimen autoritario, pero por lo menos en la elección de los funcionarios en todos los niveles del gobierno da cuenta de que existía cierto consenso.
–¿Hay elementos semejantes en San Luis y Santiago del Estero?
–Es fundamental historizar estos regímenes caudillistas o paternalistas de las provincias argentinas para entenderlos. En San Luis hay un Estado más desarrollado, más moderno, y en la situación actual hay una crisis pero no es comparable a la de Santiago. En San Luis hay una situación de fuerte conflictividad pero existe un Estado más desarrollado que implementa políticas, que tiene una organización distinta a la de Santiago, que era muy rudimentario: se puede ser igual de horroroso pero con tecnologías más complejas que las fichas, que era lo que había. En San Luis hay un administración pública más desarrollada, se nota en las políticas que han podido sostener. Pudieron sostener el régimen de promoción industrial, políticas educativas, es un Estado activo, intervencionista. Con una gestión pública clientelista, paternalista, pero podríamos decirle de modernización paternalista.
–Sin embargo parecería que la demanda de intervención federal homologa los dos escenarios.
–Pero si observa bien, hay más demanda de intervención en San Luis que la que hubo en Santiago. En Santiago importaba más la demanda de justicia en general, el esclarecimiento de los crímenes, que se vayan los Juárez pero no la intervención. En San Luis hay una demanda específica: que se vaya El Alberto por “vía de renuncia o vía de intervención”. Que no es que se vayan todos ni que cambie el régimen político. Adolfo Rodríguez Saá tiene mejor imagen que el gobernador.
–A su criterio, qué fue lo que generó el pedido de destitución de Alberto Rodríguez Saá?
–En la crisis de San Luis está claro que hay un Estado que lleva a cabo políticas y que esas políticas generan conflictos. Lo que caracteriza la crisis es que hay muchos conflictos al mismo tiempo. La policía está dividida, los oficiales quieren que descongelen los ascensos. En ese contexto, la policía tiene la oportunidad de presionar por sus intereses porque es un factor clave para el gobierno. Los docentes fueron el sector que amplificó más la situación, la intendencia bicéfala, la Iglesia, los sindicatos. Hubo una sumatoria de conflictos sectoriales que se potencian entre sí y que amplifican la oportunidad para golpear: para la demanda. Son reclamos específicos pero todos se encuentran en la demanda de la intervención federal. Es evidente que está jugando el antecedente de Santiago del Estero. Como existió, aparece la idea de que es posible la idea de sacar a un gobernador que fue elegido hace un año, un año, por el 70 por ciento de los votos. Se unificó el conflicto con esa demanda: no sé qué otra demanda podría haber generado una amalgama.
–Usted marcó dos elementos: la confluencia de conflictos y el antecedente de Santiago del Estero.
–Pero hay más: estos regímenes han sufrido un viraje, un cambio de contexto muy importante.
–¿Cuales son los cambios?
–Advierto al menos dos. Por un lado, por el gobierno peronista de Kirchner, que llegó con un discurso de modernización política, de recuperación de la ciudadanía, de derechos humanos. Son discursos universalistas. Hay un Estado nacional que aparece como un Estado protector de los derechos de todos. ¿Cómo se concilia que haya regiones del país donde existan regímenes represores? Creo que la política nacional tuvo y tiene un impacto muy fuerte sobre la política interna en esas regiones.
–¿El otro?
–Es que no sólo cambió el discurso del gobierno. También la movilización social cambió. Hay una sociedad mucho más activada y más acostumbrada a la demanda y la protesta que en los ’90. Ha cambiado completamente el contexto para estos regímenes.
Los emergentes
–El doble crimen de la Dársena suele aparecer como el desencadenante de la caída del régimen. En varias ocasiones, solió asociarse ese escenario con la Catamarca de los Saadi.
–El doble crimen fue el detonante de la caída del régimen juarista. Hubo movilizaciones pero no fueron comparables con las del caso María Soledad. Las marchas no llegaron a esos niveles. Lo que pasó en Santiago del Estero es que el juarismo se quiebra internamente.
–¿A qué se refiere específicamente con “quiebre interno”?
–Al querer esclarecer esos crímenes, los Juárez entregan a Musa Azar y Musa Azar es una máquina de decir cosas. Estuvo comprometido con el proceso, pero es él el que destapa la olla de la máquina represiva y criminal de Juárez. Frente a la suma de ese tipo de cosas no podría haberse sostenido el juarismo: los crímenes, la participación de gente cercana al centro político, los derechos humanos, el papel de Juárez antes de la dictadura y en un contexto nacional de revalorización de la recuperación de la justicia.
La sucesión
–El gran problema que tienen estos regímenes ahora es la sucesión: que es clave en un sistema político. Cómo se reproduce el régimen.
–De hecho, en las dos provincias la crisis no se disparó cuando gobernaba el caudillo natural Carlos Juárez o Adolfo Rodríguez Saá, sino cuando entraron en juego herederos aparentemente legítimos: La Nina y El Alberto.
–Pero esto es nuevo. La Nina, por ejemplo, siempre tuvo mucha importancia en la organización del asistencialismo y la máquina electoral del juarismo, pero que asumiera un cargo como el que asumió de gobernadora era lo inimaginable. Nadie imaginaba cómo iba a ser ella, no tenía vida pública. No le gustaba aparecer en público ni ser fotografiada. Hubo un momento de días de total incertidumbre. Eso tuvo un impacto muy fuerte. Sucedió lo inimaginable: ella como gobernadora, pero sucedió lo inimaginable porque también era inimaginable otra sucesión. No han surgido líderes de hecho de la revuelta del ’93, no hay ni héroes ni figuras.
–¿Es posible un postjuarismo?
–No se generó ni un movimiento social ni tampoco una alternativa política. Es muy importante 1993. Esto no tuvo una productividad política. La intervención de Lanusse está acechada por el fantasma de qué va a suceder después. Cómo imaginar una política postjuarista. ¿Acaso si se presenta Juárez no gana? Pienso que las cosas en Santiago del Estero son tan descarnadas que la edad que tiene Juárez invalida que vuelva a ganar.
–¿Quiénes son los herederos?
–San Luis tiene la configuración de una familia con mucha influencia política que en general tuvo a su cargo el gobierno. En el caso de Juárez tiene esta segunda esposa que es Nina sin hijos: no configuran una familia tradicional. Lo tradicional en Santiago del Estero, por ejemplo, es que esas sucesiones las resolvía el gobierno anterior. Natalio Botana trabaja la pauta de la sucesión de los regímenes oligárquicos conservadores en Argentina, los llama “El sistema del gobierno elector”. Era el gobierno saliente el que elegía al sucesor, no la gente. En Santiago ese mecanismo estaba institucionalizado. Era Juárez el que elegía a su sucesor a través de un sistema muy complejo que es el Partido Justicialista en Santiago.
#BoudouProcesado: las pruebas de Lijo contra el vicepresidente
Periodismo para todos repasó las pruebas más importantes que el juez Ariel Lijo precisó en su resolución en la que procesó al vicepresidente Amado Boudou por el caso de la ex Calcográfica Ciccone.
1) Amado Boudou y Núñez Carmona se adueñaron de la empresa Ciccone usando una firma con un presta nombre como Alejandro Vandenbroele.
2) La relación Boudou con Vandenbroele es otra de las pruebas fundamental que el juez citó en su resolución.
3) La vinculación de Boudou con todos los involucrados. El juez tomó a esto como algo llamativo.
4) El enriquecimiento de Boudou. En el 2007 tenía 500 mil pesos y 4 años más tarde, lo duplicó. Núñez Carmona pasó de tener 1 millón y medio a 9 millones.
5) El cruce de llamadas fue esencial para el juez. Boudou usó el teléfono de su novia Agustina Kämpfer para hablar con Núñez Carmona para pactar una reunión en Telefe donde se empezaba a pactar el negocio sobre The Old Fund.
6) Boudou usó su influencia como funcionario para salvar a la empresa.
7) El viernes a última hora el juez recibió un contrato de alquiler con una firma que se probó no era de la persona que debería ser. Esto podría complicar a Boudou en una causa de estafa.
@
http://arenapoliticasde.blogspot.com.ar/search/label/Gerardo%20Zamora
http://codigorojose.blogspot.com.ar/
http://codigorojose.blogspot.com.ar/2014/07/impactante-informe-de-lanata-sobre-el.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Feudalismo
http://relymen.blogspot.com.ar/2013/12/el-colmo-del-nepotismo-una-leccion-del.html
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http://tn.com.ar/politica/monologo-de-lanata-cristina-sigue-sin-soltarle-la-mano-a-boudou_513303
http://tn.com.ar/politica/la-santiago-de-zamora_513319
http://tn.com.ar/politica/boudouprocesado-las-pruebas-de-lijo-contra-el-vicepresidente_511076
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-36022-2004-05-30.html
https://www.youtube.com/user/OTROBB4/videos
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