Por Carlos M. Reymundo Roberts | LA NACION
Sábado 26 de julio de 2014 | Publicado en edición impresa
Eso no fue un diálogo. Tampoco una pelea: fue una guerra. El juez Griesa
y Cristina Kirchner se detestan, y ninguno de los dos intenta
disimularlo. Así y todo, Griesa hizo de tripas corazón y la llamó.
Quería advertirle que estaba llevando a su país a un desastre por la
obcecación de no querer pagar 1500 millones de dólares. Cristina se le plantó.
El intercambio, lleno de ofensas y sarcasmos, dice muy poco sobre lo
que va a pasar la semana próxima -los dos se mostraron como expertos
tahúres, escondiendo sus cartas- y mucho sobre la personalidad de los
protagonistas. Mi corazón está con la señora, pero la verdad es que este
gringo hijo de las tinieblas por momentos la puso a parir.
Sorprendió
con un español muy razonable, bastante más razonable, por cierto, que el
inglés de Cristina. En fin, me callo. Lo que van a escuchar ahora son
tiros: el lenguaje de las armas.
- Señora, ¿puede hablar o está
preparando un discurso en el que va a volver a ocultarles a 40 millones
de argentinos que lo que no quiere es cumplir con una sentencia firme
que obliga a su país a pagar? Le recuerdo que mi juzgado intervino
porque fue su gobierno el que decidió que, ante un eventual conflicto,
el caso debía ser tratado por la justicia de Nueva York. Usted habla,
critica, se victimiza, pero lo concreto es que hubo un juicio y un fallo
contra el que usted se rebela. ¿Abogada y presidenta y no entiende algo
tan sencillo?
- Doctor Griesa, my friend, qué gusto escucharlo.
Qué honor poder conversar con el principal lobbista de los buitres.
Siempre le digo a Kicillof: no tenemos que negociar con los monos, sino
con el dueño del circo. Claro que puedo hablar. Adelante.
- Señora,
creo que me confundió: usted está hablando con un juez y no con un
operador. Con Thomas Griesa y no, digamos, con Oyarbide.
- En todo
caso me parece que lo de Oyarbide, un soldado de la causa nacional y
popular, es más digno que lo suyo. ¿No le da vergüencita trabajar a la
orden de cuatro o cinco desalmados que para hacer un buen negocio
quieren poner a todo un país de rodillas? ¿No escucha lo que le están
diciendo desde los foros internacionales? ¿No escucha a los bancos, al
mundo de las finanzas? ¡Hasta el New York Times le dijo esta semana que
usted no entiende nada!
- Eso salió en un blog del New York Times,
no es la opinión del diario. ¿Debería explicarle yo a tan sagaz analista
de los medios esa pequeña diferencia? ¿Querría que le haga llegar mis
propios recortes de prensa? Pero no nos distraigamos. Lo que quiero
saber es si su gobierno se aviene a negociar una forma de pago.
Finalmente son sólo 1500 millones de dólares, una suma módica después de
una década ganada y un crecimiento a tasas chinas, ¿no?
- Así que
Mister Buitre había resultado irónico? Qué lástima que no ponga esa
sagacidad en los fallos que redacta. Qué lástima que sea cómplice de la
mayor estafa organizada contra un país. Qué pena que para favorecer a
una banda de especuladores se esté cargando a miles de bonistas que
quieren cobrar lo que la Argentina les está pagando en tiempo y forma.
Qué pena cuando un juez pierde el juicio?
- Que las sentencias
deben ser acatadas no es un tema opinable o ideológico. Eso es
ordenamiento jurídico, respeto a las leyes, estado de derecho, ¿le
suena? Además, insisto: son 1500 millones de dólares. Como me dijeron
que a su familia le gusta más pesar la plata que contarla, saqué el
cálculo y en billetes de cien dólares son 15 toneladas. ¿Cuánto puede
tardar su amigo Lázaro Báez en juntarlos y ponerlos en bolsas de
consorcio? Le doy otra referencia: es bastante menos de la mitad del
dinero que perderá Aerolíneas este año. Conversando, todo se puede
arreglar. Pero yo los mando a hablar con el mediador y ustedes le hacen
la vida imposible: no vienen, llegan tarde, mandan una delegación de
cuarta? Debería venir ese chico Galuccio, el de YPF. Me dicen que está
muerto de miedo ante la posibilidad de que haya un default.
- Para
qué quieren a Galuccio si ya les mandé a Kicillof, un tipo de bolsillo
fácil, el más generoso pagador de deuda que haya tenido el país. Repsol y
el Club de París quieren levantarle un monumento, con una chapa de
bronce que diga: "Gracias, Axel, no te pedíamos tanto". Por eso ahora lo
tengo cortito. No se haga ilusiones porque este tema lo estoy manejando
yo. Y no sabe lo que disfruto. De paso, le agradezco. Gracias a usted
estoy subiendo en las encuestas, me sirve para denunciar el capitalismo
salvaje y saqué de la tapa de los diarios la inflación, el déficit
fiscal, la caída de las exportaciones, la recesión? ¿Cuándo vence el
plazo para pagar, el miércoles? Qué picardía? Además, algo me dice que
usted se juega aquí todo su prestigio. Que si no pagamos, su castillo de
naipes se viene abajo. Me parece verlo temblar, Mister Buitre.
- Mi
sospecha, señora, es que usted será Cristina hasta el miércoles, y que a
último momento será una Kirchner, es decir, una persona razonable que
no va a llevar a su país al abismo de un nuevo default.
- Mi esperanza, doctor, es que usted en algún momento sea razonable.
Griesa
cortó con Cristina y lo llamó a Pollack, el mediador, para contarle
cómo le había ido. Lo resumió en una expresión: "Oh my God".
@
http://www.lanacion.com.ar/1713174-la-presidenta-y-griesa-a-las-patadas
http://www.lanacion.com.ar/autor/carlos-m-reymundo-roberts-86
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