jueves, 31 de julio de 2014

La Culpa es el otro (y del otro)

Monólogo de Tato Bores (Autor Santiago Varela)


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La culpa de todo la tiene el ministro de Economía dijo uno.

¡No señor! dijo el ministro de Economía mientras buscaba un mango debajo del zócalo. La culpa de todo la tienen los evasores.

¡Mentiras! dijeron los evasores mientras cobraban el 50 por ciento en negro y el otro 50 por ciento también en negro. La culpa de todo la tienen los que nos quieren matar con tanto impuesto.

¡Falso! dijeron los de la DGI mientras preparaban un nuevo impuesto al estornudo. La culpa de todo la tiene la patria contratista; ellos se llevaron toda la guita.

¡Pero, por favor...! dijo un empresario de la patria contratista mientras cobraba peaje a la entrada de las escuelas públicas. La culpa de todo la tienen los de la patria financiera.

¡Calumnias! dijo un banquero mientras depositaba a su madre a siete días. La culpa de todo la tienen los corruptos que no tienen moral.

¡Se equivoca! dijo un corrupto mientras vendía a cien dólares un libro que se llamaba "Haga su propio curro" pero que, en realidad, sólo contenía páginas en blanco. La culpa de todo la tiene la burocracia que hace aumentar el gasto público.

¡No es cierto! dijo un empleado público mientas con una mano se rascaba el pupo y con la otra el trasero. La culpa de todo la tienen los políticos que prometen una cosa para nosotros y hacen otra para ellos.

¡Eso es pura maldad! dijo un diputado mientras preguntaba dónde quedaba el edificio del Congreso. La culpa de todo la tienen los dueños de la tierra que no nos dejaron nada.

¡Patrañas! dijo un terrateniente mientras contaba hectáreas, vacas, ovejas, peones y recordaba antiguos viajes a Francia y añoraba el placer de tirar manteca al techo. La culpa de todo la tienen los comunistas.

¡Perversos! dijeron los del politburó local mientras bajaban línea para elaborar el duelo. La culpa de todo la tiene la guerrilla trotskista.

¡Verso! dijo un guerrillero mientras armaba un coche-bomba para salvar a la humanidad. La culpa de todo la tienen los fascistas.

¡Malvados! dijo un fascista mientras quemaba una parva de libros juntamente con el librero. La culpa de todo la tienen los judíos.

¡Racistas! dijo un sionista mientras miraba torcido a un coreano del Once. La culpa de todo la tienen los curas que siempre se meten en lo que no les importa.

¡Blasfemia! dijo un obispo mientras fabricaba ojos de agujas como para que pasaran diez camellos al trote. La culpa de todo la tienen los científicos que creen en el Big Bang y no en Dios.

¡Error! dijo un científico mientras diseñaba una bomba capaz de matar más gente en menos tiempo con menos ruido y mucho más barata. La culpa de todo la tienen los padres que no educan a sus hijos.

¡Infamia! dijo un padre mientras trataba de recordar cuántos hijos tenía exactamente. La culpa de todo la tienen los ladrones que no nos dejan vivir.

¡Me ofenden! dijo un ladrón mientras arrebataba una cadenita a una jubilada y, de paso, la tiraba debajo del tren. La culpa de todo la tienen los policías que tienen el gatillo fácil y la pizza abundante.

¡Minga! dijo un policía mientras primero tiraba y después preguntaba. La culpa de todo la tiene la Justicia que permite que los delincuentes entren por una puerta y salgan por la otra.

¡Desacato! dijo un juez mientras cosía pacientemente un expediente de más de quinientas fojas que luego, a la noche, volvería a descoser.

La culpa de todo la tienen los militares que siempre se creyeron los dueños de la verdad y los salvadores de la patria.

¡Negativo! dijo un coronel mientras ordenaba a su asistente que fuera preparando buen tiempo para el fin de semana. La culpa de todo la tienen los jóvenes de pelo largo.

¡Ustedes están del coco! dijo un joven mientras pedía explicaciones de por qué para ingresar a la facultad había que saber leer y escribir. La culpa de todo la tienen los ancianos por dejarnos el país que nos dejaron.

¡Embusteros! dijo un señor mayor mientras pregonaba que para volver a las viejas buenas épocas nada mejor que una buena guerra mundial.

La culpa de todo la tienen los periodistas porque junto con la noticia aprovechan para contrabandear ideas y negocios propios.

¡Censura! dijo un periodista mientras, con los dedos cruzados, rezaba por la violación y el asesinato nuestro de cada día. La culpa de todo la tiene el imperialismo.

Thats not true! (¡Eso no es cierto!) dijo un imperialista mientras cargaba en su barco un trozo de territorio con su subsuelo, su espacio aéreo y su gente incluida. The ones to blame are the sepoy, that allowed us to take even the cat (la culpa la tienen los cipayos que nos permitieron llevarnos hasta el gato).

¡Infundios! dijo un cipayo mientras marcaba en un plano las provincias más rentables. La culpa de todo la tiene Magoya.

¡Ridículo! dijo Magoya acostumbrado a estas situaciones. La culpa de todo la tiene Montoto.

¡Cobardes! dijo Montoto que de esto también sabía un montón. La culpa de todo la tiene la gente como vos por escribir boludeces.

¡Paren la mano! dije yo mientras me protegía detrás de un buzón.

Yo sé quién tiene la culpa de todo. La culpa de todo la tiene El Otro.
 

¡El Otro siempre tiene la culpa!
 

¡Eso, eso! exclamaron todos a coro. El señor tiene razón: la culpa de todo la tiene El Otro.
 

Dicho lo cual, después de gritar un rato, romper algunas vidrieras y/o pagar alguna solicitada, y/o concurrir a algún programa de opinión en televisión (de acuerdo con cada estilo), nos marchamos a nuestras casas por ser ya la hora de cenar y porque el culpable ya había sido descubierto. Mientras nos íbamos no podíamos dejar de pensar: ¡Qué flor de guacho que resultó ser El Otro...!


Furioso, Capitanich disparó contra el juez Griesa, el mediador Pollack y EE.UU.

Las frases más fuertes del jefe de Gabinete luego de que no se llegara a un acuerdo con los fondos buitre

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En un encendido discurso, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich , disparó hoy contra el juez de Nueva York, Thomas Griesa, el abogado Daniel Pollack, el mediador designado para acercar posiciones con los fondos buitre, el gobierno de los Estados Unidos y los holdouts.

El funcionario se mostró furioso luego de que la Argentina entrara en default ante el fracaso de las negociaciones que mantuvieron ayer los representantes del Gobierno con los fondos buitre.
A continuación, las frases más fuertes que lanzó el jefe de Gabinete durante su conferencia de prensa en la Casa Rosada:

  • "Acá ha habido un mala praxis por parte del poder judicial de EE.UU. ,es una responsabilidad que incumbe a sus tres niveles de gobierno"
  • "Hemos observado una marcada incompetencia por parte del special master para generar condiciones de negociación razonables"
  • "Aquellas calificadoras de riesgo que pretendan decir que la Argentina está en supuesto default técnico, es una patraña absurda que pretende fulminar el proceso de reestructuración"
  • "La sentencia ha sido convalidada por acción o por omisión en todas las instancias del poder judicial de EE.UU.. Por esta mala praxis, Estados Unidos es responsable de no actuar adecuadamente"
  • "Y que no vengan con la excusa de que el Poder Judicial en EE.UU. es independiente. Es independiente de la razonabilidad, pero no es independiente de los fondos buitre"
  • "No puede el sistema financiero ni la comunidad internacional avalar esto. Pero qué podemos esperar del liderazgo mundial que ni siquiera es capaz de intervenir en guerras"
  • "No les quepa la menor duda que defender la posición argentina es defender nuestra soberanía y riqueza. Lo que quieren, en realidad, es venir por nuestros recursos estratégicos"
  • "Si hay un juez que se confunde, que es un agente de los fondos buitres, si el mediador es un agente de los buitres, si el poder judicial está coaptado por los buitres, de qué justicia y de qué independencia me hablan. Acá hay una responsabilidad de los Estados Unidos"

El escenario: Todo quedó en un riesgoso limbo

Por  | LA NACION


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El gobierno de Cristina Kirchner ingresó finalmente anoche en un innecesario default selectivo de la deuda bajo jurisdicción extranjera, para desconcierto de los mercados, que habían celebrado por anticipado un resultado inverso y hoy se enfrentarán con el peor escenario, que hasta ahora venían descartando.

La única salida rápida sería el "acuerdo entre privados" que limitara la cesación de pagos a pocos días o semanas y que el propio ministro Axel Kicillof no descartó en su conferencia de prensa, sin aportar ningún detalle. Pero se trata de un arreglo complejo, para que los bancos privados argentinos les compren la deuda del juicio a los holdouts mediante tres pagos parciales y sucesivos hasta fin de año, con recompra posterior por parte del Gobierno y garantías cruzadas.

Por eso no pudo cerrarse ayer, en medio de versiones confusas y contradictorias, alimentadas por las duras declaraciones posteriores de Kicillof y del mediador, Daniel Pollack. Otra vez aquí el Gobierno quedó entrampado entre su relato y los hechos.

Un acuerdo privado, con cobertura oficial no explícita, significa jugar las pocas fichas que quedan a que el juez Thomas Griesa reponga la medida cautelar (stay) para ganar tiempo, sortear la cláusula RUFO y patear el problema hacia 2015. O sea, una apuesta similar a la apuesta que ya había fracasado con la frustrada apelación ante la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos. Pero también implica flexibilizar la postura intransigente ante el juez y los fondos buitre que Kicillof exhibió ayer ante los periodistas de todo el mundo en el consulado de Nueva York.

Mientras tanto, la situación queda en una suerte de limbo (al igual que el último giro de fondos para pagarles a los bonistas), con la amenaza de complicarse financiera y judicialmente cuanto más se demore algún tipo de acuerdo.

El riesgo más cercano es que los tenedores de bonos Par -que en los últimos tiempos tuvieron fuertes movimientos especulativos- reclamen la cláusula de aceleración para cobrar el valor total de la deuda reestructurada, por un monto del orden de los 6000 millones de dólares. Para eso necesitan un 25% de adhesiones y debería resolverse en un plazo de 60 días.

Técnicamente, la Argentina ya entró en default con los bonistas que aceptaron los canjes de 2005 y 2010, al vencer ayer el período de gracia de 30 días para que cobraran el vencimiento del bono Discount el 30 de junio pasado. Pese a que el Gobierno había girado los 539 millones de dólares al Bank of New York Mellon (BoNY), el pago no llegó a destino porque el juez Griesa ya había dejado sin efecto la medida cautelar (stay) que permitió a la Argentina seguir cumpliendo con los vencimientos de la deuda reestructurada bajo legislación de Nueva York.

Esto ocurrió el 16 de junio, cuando la Corte Suprema de los EE.UU. dejó firme el polémico fallo del juez que en febrero de 2012 reinterpretó la cláusula pari passu a favor de los fondos buitre y, en un exceso jurídico, impidió que los bancos les pagaran a los bonistas bajo otras legislaciones extranjeras. O sea que, si no se reponía el stay, el gobierno de Cristina Kirchner cumplía con todos o defaulteaba con todos.

Por eso resultó desconcertante que anoche Kicillof no hiciera ninguna alusión al incumplimiento del fallo y lo presentara como si fuera un problema que recién comenzaba, cuando en realidad es la culminación de un proceso judicial que lleva dos años y medio. Durante todo ese lapso, el gobierno de Cristina Kirchner se negó a entablar cualquier tipo de negociación y, además, se dedicó a enfrentarse con el juez Griesa.

Más inexplicable aun es que insistiera en su consigna de "pagamos, pero nos llevan al default", cuando todavía no se descontó de las reservas del Banco Central el giro de 539 millones de dólares al BoNY, como sí acaba de hacerlo con el primer pago de 650 millones tras el poco ventajoso acuerdo con el Club de París.

Lo mismo ocurrió con la reiteración de la oferta a los fondos buitre para que ingresaran al canje de deuda, cuando era obvio que con un fallo en firme no iban a aceptarla y eso impediría reponer el stay, que era la única posibilidad de evitar el default, y quedar a cubierto de la cláusula RUFO hasta el 1º de enero de 2015. Así podía alejar el riesgo de demandas judiciales de los bonistas que aceptaron los canjes de 2005 y 2010.

Esta posición es contradictoria con la salida "entre privados" que el propio Gobierno terminó empujando a último momento con los bancos nacionales que integran Adeba, después de 45 días de un encendido e inútil relato épico. Ese tiempo se desperdició en palabras cuando podría haberse aprovechado para armar una ingeniería financiera que resulta demasiado compleja para ser resuelta en menos de 24 horas.

En tren de reducir daños, otra apuesta del Gobierno es que los bancos extranjeros que actúan como agentes de pago, presionen ante el juzgado de Griesa para que permita girar los fondos a los bonistas de la deuda reestructurada bajo legislación británica y japonesa. De esta manera podrían evitar quedar entrampados entre incumplir el fallo del juez y los contratos con el gobierno argentino y, por ende, la extensión del default a otras jurisdicciones.

Paradójicamente, el mismo día del fallecimiento de Julio Grondona, quedó demostrado que la máxima del "todo pasa" no es aplicable al interminable conflicto por la deuda.

Más @
http://www.barmitzva.com.ar/Cuentos/tatobores.htm
http://www.lanacion.com.ar/1714537-el-discurso-jorge-capitanich-contra-estados-unidos-default-thomas-griesa-mediador-pollack
http://www.lanacion.com.ar/1714512-todo-quedo-empantanado-en-un-riesgoso-limbo-sin-que-se-vea-una-salida-clara

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