01/03/14
La clandestinidad, el secreto, el anonimato y el oscurantismo son inherentes a la condición del Club de los Malos. Sin embargo, el uso de máscaras, caretas y antifaces está mal visto por nuestros jerarcas.
Ni que hablar de las fiestas de disfraces. El ágape final de la reunión del Consejo Superior del CDLM coincidió con el inicio de los Carnavales, por lo que el turro encargado de organizarlo no tuvo mejor idea que adherir a esta deplorable festividad y convocar a los invitados a concurrir disfrazados. Pero como lo importante no es la forma sino el contenido, la evaluación de lo hecho en el arranque del año fue muy positiva.
De entrada, disfrutamos de un video con imágenes alusivas a todo lo que el CDLM impulsó y logró en estos primeros dos meses. Incluyendo desde el famoso “no esperen de esta Presidenta una devaluación” hasta el anuncio de 8 pesos por dólar.
Desde aquel “Repsol va a terminar pagándonos a nosotros por el daño ambiental” hasta estos 5.000 millones más intereses. Desde “la cifras del INDEC son correctas y los datos de las consultoras son un mamarracho” hasta el 3,7 % en enero.
Todo resultó tal como el CDLM lo planeó. En algunos casos, mejor aún.
En las pantallas de leds se apreciaba al Vicepresidente Boudou, un baluarte del CDLM, declarando cosas tales como “me atacan porque este gobierno decidió que los billetes los haga el Estado” siendo que fue él mismo quien promovió el extraño salvataje de Ciccone y facilitó que la sociedad Old Fund, de sus amigos, se quede con la empresa para luego imprimir los billetes. Una exquisitez.
Se mostró la tradicional discusión salarial docente de cada año que se lleva a cabo a minutos del inicio de clases, a lo que esta vez le agregamos un pequeño detalle adicional: la falta de vacantes en la Ciudad y las aulas en contenedores.
El video cerró con un racconto de la historia reciente de YPF, empezando con las imágenes de cuando el CDLM mandó al matrimonio Kirchner a impulsar, apoyar y festejar la privatización de YPF en los ‘90, hasta cuando los mandamos a estatizarla, pasando por los Ezkenazi, el vaciamiento, etc. Completito. Duró sólo un par de minutos pero daba para un unitario de 13 capítulos.
Terminado el video, arrancó la música y apareció una comparsa de legisladores disfrazados.
Eran los diputados y senadores que, un año atrás, levantaron la mano y aprobaron el acuerdo con Irán. Un cumpleaños que el CDLM no podía dejar de festejar siendo que fue uno de sus mayores logros de la década. Los legisladores llevaban antifaces, un poco para estar a tono con la fiesta y otro poco para evitar ser reconocidos y pasar vergüenza por aquella votación. Encabezaba esta verdadera scola do samba parlamentaria un extrañísimo travesti que, de no ser por la pelada con purpurina, nadie hubiera descubierto que era el canciller Timerman, nuestro gran ariete en aquel operativo inolvidable. Y en tantos otros.
Lo bueno del daño que provocamos a través del Canciller es que es un daño perdurable. Los daños económicos o institucionales que hicimos en estos años podrían llegar a ser reparados por un próximo gobierno al que sabotearemos, como corresponde. Pero el daño internacional llevará décadas revertirlo.
El mundo sólo distingue países, no gobiernos. En eso estamos muy tranquilos.
Pese al clima festivo, algunos legisladores se mostraron fastidiados por el nombramiento de Gerardo Zamora como Presidente Provisional del Senado (tercero en la sucesión presidencial), otro éxito del Departamento de Caudillos Feudales Provinciales del Club de los Malos, encargado de formar familias que se encaraman en el poder de una provincia, ocupan todos los cargos, se eternizan en el gobierno, controlan la Policía, la Justicia y la prensa, reparten las obras públicas entre sus amigos y actúan como verdaderos patrones de estancia. De ese semillero surgieron los Saadi, los Menem, los Romero, los Kirchner, los Juárez, los Zamora, los Alperovich, los Sapag y tantos otros. Una verdadera cantera de talentos que nos vienen dando satisfacciones hace décadas.
El CDLM controló Santiago del Estero a través del matrimonio Juárez, quienes arrancaron gobernando en 1948 y llegaron hasta 2004, después de que Carlos Juárez hiciera renunciar al gobernador que él mismo había puesto, para que asumiera la vicegobernadora que no era otra que su propia esposa, Nina Juárez.
Luego de aquella hecatombe, el CDLM impulsó a Zamora, un radical que traicionó a su partido para unirse al kirchnerismo, reformó la Constitución para poder ser reelecto y luego intentó un tercer mandato, ilegal, alegando que el primero no valía porque había transcurrido bajo la Constitución anterior. Frenado por la Corte, puso de candidata a su esposa y ganó. Un clásico.
A esta altura, no se entiende por qué los senadores oficialistas se molestaron tanto por el hecho de que hayamos puesto a un trucho en la tercera línea sucesoria.
Hay uno en la segunda y nunca dijeron nada.
Pasada la comparsa, llegó el momento del reconocimiento a los Perturbadores Urbanos que se han destacado en los últimos tiempos y que con sus invenciones y sus pequeñas maldades les complican y amargan la vida a los Corderitos de Dios.
Recibieron su medalla al mérito los fabricantes de envases de agua mineral que al intentar verter el agua, se doblan a 45 grados por el finísimo espesor del plástico.
También fueron premiados los supermercados que venden una novedosa variedad de melones: melones con gusto a nada. Agradecieron el premio y anunciaron que ya están experimentado algo similar con las uvas.
Luego fue el turno de los concesionarios de autos quienes explicaron como extorsionan a los compradores que ya pagaron la totalidad del valor del auto, exigiéndoles un monto extra para entregárselo, con la excusa de las nuevas medidas económicas.
Una turrada admirable que sorprendió a más de un jerarca.
El amanecer nos encontró con el habitual deterioro de toda fiesta de disfraces. Los Carnavales son un invento del Club de los Malos para hacerles creer a los Corderitos de Dios, por algunas horas, que pueden ser felices. Es un respiro piadoso que les damos, pero también una manera de volver a comprobar nuestra vigencia. El aire se llena de vampiros, brujas, darth vaders, monstruos, diablos, guasones y piratas.
Es obvio que las máscaras del mal son mucho más deseadas que las del bien.
Mark Twain dijo que “mientras Satán no tiene un solo asalariado, su Oposición emplea millones”. Sin embargo, la historia nos demuestra que al disfraz de demonio no hay con que darle.
Imberbes, patéticos
1 Marzo, 2014 // Imperdibles
Artículo extraído del diario Perfil – Por Roberto GarcíaPara hoy, como en los 70, la consigna arrebatadora es ocupar el Congreso, adentro y afuera. En la primera línea, cerca de Ella, pelearse por figurar como antaño, cuando se mataba o moría por la cercanía al palco y la ocupación de la Plaza, suponiendo entonces y ahora que esa contingencia le otorga más crédito y legalidad al Gobierno –que la imaginería popular asimila una movilización sectaria– como la garantía de que la Administración es una roca. Cuestión de imberbes con su orga, antes; patetismo de veteranos, ahora.
Cristina, que compra lo que ella misma
vende (lo que no es bueno para el negocio), no ignora el apoyo
crematístico de su propia Casa Rosada –expresado en las mejores y peores
formas posibles– para que la nutran el día del inicio legislativo de un
calor vocinglero y colorido que parece jurar conformidad y obediencia a
ciegas. Engañosa simulación que no es patrimonio exclusivo de la dama.
Ya los radicales con Alfonsín también entendían que la movilización era
clave para el convencimiento colectivo, igual que ahora los sedientos
barones pejotistas del Conurbano junto a los admiradores de La Cámpora,
como si un pogo perpetuo y musical fuese el fundamento de la democracia.
Para más de uno, típico que lo de hoy
será discusión por el número de asistentes a la vecindad o por si algún
travieso le opaca la fiesta al oficialismo (como el día de la última
jura, cuando los camporistas no monopolizaron las invitaciones y muchas
fueron copias pícaramente realizadas por otros peronistas). O por un
escándalo previsible o una refriega eventual, ya que abundan los
disgustados con el hecho de que el Congreso hoy mude su habitualidad de
escribanía para convertirse en una mera dependencia del Gobierno.
Importan esos acontecimientos más que el mamotrético discurso
presidencial (hay promesas de que reducirá la exposición para evitar que
se retiren los opositores), seguramente dominado por algunas
desopilantes leyes de Murphy y la hogareña esencia filosófica de que “no
reniegues cuando todo va mal, porque te podría ir peor”.
Ver, por ejemplo, la discusión colectiva
e insolvente que se esparce sobre el valor, conveniente o no, de la
venta de YPF: van de la campaña oficialista y las obvias traiciones
psicológicas de Kicillof (¡cómo jodimos a los gallegos!) para justificar
un precio controversial, a las tonterías de Elisa Carrió, quien aludió a
emprender una acción penal por burlar la intervención del Tribunal de
Tasación, cuando éste sí participó, más allá de que haya procedido en
forma criteriosa. Hay infinidad de argentinos conocidos que han hablado
sin leer u hojear el acuerdo. Ni conocen el negocio petrolero: cada vez
se habla más en forma unánime de las excelencias que producirá Vaca
Muerta, de la conversión de cada argentino en un tío patilludo, justo
cuando las estadísticas de enero indican que en esa veta prodigiosa se
ampliaron más pozos y rindió menos.
Cristina, para su presentación,
seguramente acudirá a su principal vena de estudio, el Derecho. A
propiciar con nombre y apellido un sueño reformista y reducidor de los
códigos Civil y Penal, dos temas que envolverán intensos debates y cuyo
punto de partida reconoce flojedad intelectual en los promotores
elegidos. Lo que aparece como mejor expresión democrática quizás oculte
una representatividad menguada y, sobre todo, exponga un dominio
aristocrático que pretende saber la ocurrencia del mundo en los próximos
20 o 100 años con la misma solvencia de lo que costará YPF en ese
tiempo.
Es posible, además, que la mandataria
incurra en otras cuestiones menos versadas, pero imprescindibles para
completar su ciclo con cierto piso popular. Como ha empezado a
enternecerse con el peronismo, que cita a sus bonaerenses cultores
sobrevivientes, tal vez introduzca en ese giro anuncios de la llamada
justicia social, que puede escandalizar a empresarios y financistas
(restricciones a sus ganancias, según temen) y alimente el espíritu de
los convocados a la Plaza y anime a un sindicalismo que jura bramar
contra la pérdida de salario sin un atisbo de rebelión física.
Muchos,
en su inercia pasiva, parecen tentados por una regularización de la caja
de las obras sociales que los favorece arbitrariamente, otros disimulan
su enojo por algún temor personal-judicial y la reverencia a lo
institucional para no ser tildados de destituyentes (además de ejercer
la excusa martínezdehocista o guevarista del cuanto peor, mejor,
traducido a no pedir aumentos o reparaciones cuando hay que cuidar el
empleo).
Para Ella, este tipo de anuncios le
permitiría decir que no es hija del FMI, de los buitres, de los Repsol,
del Club de París o de los banqueros devaluadores, a pesar de haber
devaluado, modificado el Indec, pactado con las petroleras y negociado
con las organizaciones internacionales del poder.
Si pareció indigestarse con esos tragos
de importancia estructural, también le importan otros simplemente
coyunturales. Como el convenio que cerró Lionel Messi con Mauricio Macri
para estos meses previos al Mundial, elección que implicó no
involucrarse con el gobierno nacional ni con provincias adláteres, a
pesar de que las sumas prometidas multiplicaban por cuatro la tentación
(fondos que al parecer vuelven a la ciudad por la generosidad del
jugador y su fundación). Una insolencia, sin duda, que habría sido
gestada por un operador (Avelino Tamargo, de diversos servicios para el
intendente) que se mimetizó en la familia del 10 del Barcelona.
Curioso, sin duda, como el propio Macri,
quien se ufana de la conquista (tres publicidades filmadas sobre las
bondades de la ciudad) y nada ha dicho, en cambio, del premio que le
dieron en Davos por haber redactado el mejor tuit entre todos los
participantes al simposio sobre la cuestión social. Algo así como “los
pueblos hoy son ricos en información y multimillonarios en
expectativas”. Una expresión certera, quizás no políticamente correcta
para estos tiempos de la reaparición peronista.
@
http://www.clarin.com/opinion/Carnaval-Malos_0_1094290592.html
http://www.clarin.com/tema/humor_politico.html
http://marcelolongobardi.com/imperdibles/imberbes-pateticos/
http://marcelolongobardi.com/imperdibles/
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