martes, 19 de agosto de 2014

Alejandro Borensztein: Volveré y seré millones en default (17/08/14)

Durante años los peronistas corrieron a los radicales con el latiguillo de que se van antes, no pueden terminar sus gobiernos o vienen con helicóptero incluido. Ahora los radicales y sus alrededores tienen la venganza servida en bandeja: dos gobiernos peronistas (Rodríguez Saá y Ella) provocaron dos defaults consecutivos (2001/2014).

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Obviamente, el Gobierno insiste en que esto no es un default y que habría que ponerle otro nombre.

Vengo proponiendo distintas opciones para llamarlo de otro modo, pero no hubo caso. No les gustó Rodolfo, tampoco Quique. Siendo que acá todo lo decide la Compañera Jefa y nada escapa a su control (posiblemente eso explica el éxito), se me ocurrió que tal vez haya un problema de género. ¿Le gustará más Adela? ¿O Betty? No lo sé. Si yo fuera kirchnerista, me apuraría a ponerle un nombre antes de que el gorilaje les pegue para siempre la etiqueta de defaulteadores seriales.

Los peronistas se van a pasar los próximos 50 años diciendo que sólo hicieron un default y una “Betty”, y que ambas cosas sucedieron por deudas contraídas por los marcianos del menemismo y los radicales. A su vez, los radichas consagrarán sus próximos 50 años contestándoles a los perucas que por más que lo llamen Rodolfo, Quique, Adela o Betty, en el fondo son unos burros que nos mandaron a la B, dos veces en 13 años.

Y para colmo lo festejaron.

Así como en 2001 ovacionaron al Adolfo, ahora hemos transformado este despelote en una falsa epopeya similar a tantas falsas epopeyas nacionales que terminaron como el toor.

Es más, hablan de una epopeya planetaria que cambiaría la historia del capitalismo y dejaría a la Compañera Jefa y al Compañero Kicillof en la puerta del Nobel de Economía, un premio que, dicho sea de paso, bien merecería el Compañero Moreno. A propósito: qué bien que estábamos cuando estábamos mal con el Guille y su INDEC, ¿no? Sólo 9% de inflación, 6% de pobreza, 2% de indigencia. Casi Bélgica.

Y si había alguna duda, sacaba la 9 milímetros y todos contentos. Ya van a ver, lo vamos a recordar como “los buenos tiempos del kirchnerismo”.

Volviendo al punto, dicen que Obama podría haber frenado a los Buitres, que la Presidenta se lo pidió y que la Cancillería intentó de todo, pero no hubo caso. Lo hubieran pensado antes, macho. Le confiscaste el avión militar, le violaste los códigos secretos del Pentágono, lo desafiaste en cuanto Foro Internacional te invitaron, le diste clases de capitalismo en su propia casa, te sacaste selfies con Chávez durante una década, firmaste un acuerdo con Irán, felicitaste a Putin por encanutarse Crimea y ahora vas y le decís: “ayúdame negrito lindo”.

No papi, así no es.

Para reafirmar la épica del conflicto empapelaron el país con afiches que decían “Patria o Buitres” y bajo ese lema organizaron un acto en el Luna Park cuyos oradores fueron Mariotto, D’Elía y Larroque. Sin embargo, la Jefa no les mandó ni una cartita, ni una cámara de la TV Pública, ni siquiera una copia del acuerdo con Irán enmarcado para colgar en la cocina. Nada. Ni alfajores.

Tampoco les fue Kicillof, ni mucho menos los precandidatos presidenciales del kirchnerismo. Ni Scioli, ni Randazzo, ni Domínguez, ni Rossi, ni Urribarri, ni Aníbal, ni Urtubey, ni nadie. Me da la sensación de que puestos a elegir entre “Patria o Buitres”, antes de quedar pegados en una foto con D’Elía y Mariotto, prefirieron los Buitres de acá a la China.

¿Se puede afirmar que los peronistas, cuando la cosa se les complica, te defaultean y encima lo festejan? ¿O que los radicales no pueden terminar sus gobiernos?

De la Rúa se fue dos años antes y tuvo la mala suerte de que en la Rosada sólo podía aterrizar y despegar un helicóptero. Si hubieran podido meter en la terraza un Jumbo 747, habría habido suficiente lugar como para que en el mismo vuelo rajaran otros funcionarios de aquel Gobierno que luego vieron la luz, se hicieron kirchneristas y fundaron la democracia, como Diana Conti, Nilda Garré, Abal Medina o Gustavo López, entre tantos. Justamente López pasó de presidente del COMFER con De La Rúa, a fanático K y organizador del acto “Patria o Buitres” en repudio a quienes amenazan la exitosa reestructuración que hizo el Compañero Jefe, por la deuda que le habían dejado, entre otros, el Gobierno de la Alianza del que formó parte el mismo López.

O el menemismo del que formó parte una que yo sé.

Esta es una de las tantas vueltas de esta historieta que explica la verdad de la milanesa K. Si le pusieran unas gotitas de humildad y una cucharadita de autocrítica sería un poco más rica. Pero no sería una milanga kirchnerista.

Más atrás en la historia, Alfonsín cargó con la cruz de haber dejado el Gobierno antes de lo establecido. El menemismo primero y el kirchnerismo después se lo recordaron cada día de su vida, hasta que se murió y ahora este Gobierno se la pasa tratando de apropiarse de su imagen y su bronce como si ellos en vida lo hubiesen respetado.

El dato clave de aquel episodio fue que, más allá de la crisis que se vivía y de la famosa frase de un Menem recién electo ( “Yo estoy listo para asumir, sólo espero un gesto del Presidente” ), el tiempo previsto entre las elecciones y la entrega del poder era literalmente un delirio. Menem había ganado las elecciones el 14 de mayo de 1989 y Alfonsín debía esperar para entregar el Gobierno hasta el… 10 de diciembre!!! Siete meses!!! Obviamente, a los dos meses la cosa no dio para más y Menem asumió el 8 de Julio.

¿Se imaginan a Macri, Scioli, Massa o Sanz ganando las elecciones (por tirar una, nomás) y teniendo que esperar en su casa mientras la Compañera Jefa se queda lo más pancha en la Rosada, hablando todos los días por Cadena Nacional, durante… siete meses más??!! Nos matamos todos.
Revisando el pasado, vemos que los otros Presidentes de la UCR o sus derivados como la UCRI, sufrieron el mismo estigma. ¿Para qué perder tiempo con civiles serios como Illia, Frondizi o Yrigoyen habiendo generales tan divertidos como Onganía o Uriburu, por ejemplo? La historia y el peronismo les terminó colgando a los radicales, injustamente, el cartelito de “ uy, se me hace tarde, me tengo que ir ”.

¿Llegó la hora de que los radicales le cuelguen a los peronistas el cartelito de defaulteadores? Ambas cosas serían injustas. Bah, más o menos.

En el fondo, desde el Uriburu de 1930 hasta los Buitres de 2014, no paramos de pasar semáforos en rojo y de quemar billetes.

Tal vez algún día todo cambie y Betty vuelva a ser, junto a Marie, Julie y Peggy, simplemente una rubia de New York.

@
http://www.clarin.com/opinion/Volvere-millones-default_0_1195080515.html
http://www.clarin.com/tema/humor_politico.html
http://www.clarin.com/autor/alejandro_borensztein.html
http://relymen.blogspot.com.ar/search/label/Alejandro%20Borensztein

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