Muchos años después, frente al pelotón de
fusilamiento, el vicepresidente Amado Boudou había de recordar aquella
tarde remota en que su Jefa lo llevó a conocer el hielo, diría García
Márquez.
Sin embargo, aquel congelamiento atraviesa hoy por un momento de alivio. Cosas mucho más graves suceden en la República y en el medio de este gran despelote, el vice tiene un respiro. Un oasis que no estaba en los mapas. Por un instante salió del ojo de la tormenta. Es curioso: si hay un argentino que tiene que prenderle una vela a los Buitres, ese es Amado Boudou. Extraña paradoja para un progresista, nacional y popular. El famoso Hombre Nuevo de Puerto Madero. Literalmente.
Amado despierta cada mañana en estado de alerta. No es para menos. Sospecha que el sol le tiene reservado una nueva hecatombe y abre los diarios temblando. No prende la radio pero relojea el celu por si lo llaman para darle un disgusto. Amado, están hablando de un negocito que hiciste en Mar del Tuyú. Amado, ¿escuchaste lo que dijo Lanata? Amado, parece que Mengano va a contar todo. Días de pesadilla.
Pero hoy la vida le concede esta tregua generosa. Amado revive y piensa que lo que está ocurriendo con los buitres es un quilombo descomunal, pero al menos no es mi quilombo. Ningún opositor, ningún periodista me ha involucrado. Por lo menos, de esta zafo. Hay un montón de tipos para putear antes que a mí, piensa Amado harto de que lo puteen. Esta no es mía. En esta no tuve nada que ver. O muy poquito. Nadie se va a enterar que cuando fuimos con Lorenzino a Nueva York para asistir a las audiencias, nos cruzamos en el ascensor con el Juez Griesa y le hicimos “sumbudrule”. Nada grave.
Por suerte no fui al Luna Park, piensa Amado. El núcleo duro K había organizado un acto en repudio a los buitres y planeaban también hacerle un desagravio. Y Amado, para saber si le convenía, lo llamó a su abogado porque hoy sin el boga no va ni al baño. Y el tipo lo paró en seco. ¿Vos estás loco, macho?
Te están diciendo que sos un trucho, que falsificaste los papeles para currarle un auto a tu jermu, que armaste una maniobra para quedarte con la fábrica de hacer billetes o al menos ayudar a que tus amigos se la queden. ¿Y vos te vas a hacer defender por Luis D’Elía? No papi. ¿Querés también que te consigamos una cartita de Bin Laden diciendo que sos un muchacho macanudo? ¡Te hunde, hermano!
Dime quién te defiende y te diré quién eres. Vos haceme caso y no abras la boca, le dice el boga. Y Amado cierra el pico porque el quilombo con los buitres se va poniendo más denso y el suyo va quedando más lejano. Y más pequeño porque si algo hay que reconocer es que lo de Amado es de gallinero. Y por ahí, en una de esas, este huracán de la deuda limpia todo y chau.
Aferrado a esta ilusión, Amado descansa hasta que se entera de que un juez en Nevada, investiga las cuentas de la posible corrupción argentina por pedido de los Buitres. Porque estos tipos no paran. Te buscan todo hasta que te encuentran. Ya se lo hicieron al Presidente del Congo que no les quiso garpar y entonces le deschavaron que tenía guita hasta en el banco de la plaza de la esquina. Es que esta gente levanta el teléfono y le dice a Juan Carlos Offshore: mandame todas las cuentas que estén a nombre de fulanito o sospechosas de estarlo, y el tipo se las da. Obvio, si juegan todos en el mismo equipo. Si juegan a las figuritas juntos desde chiquitos. Y entonces Amado se asusta y llama a su socio Carmona. Y el tipo le dice tranquilo papi, que están investigando el quilombo de Lázaro Báez, que con nosotros no se van a meter ¿Viste? Ahora la que no duerme es Ella.
Y Amado se entusiasma. Lo de Ciccone ya pasó a la página 8. Gracias buitres. Griesa querido, Amado está contigo. Encima se están matando entre todos los kirchneristas que me cerraban la puerta en la cara. Los que me ningunearon, los que me mandaban a arreglármelas solito. Capitanich y Zannini ahora desplazados por Kicillof. Todos los senadores que me daban vuelta la cara, ahora se tienen que comer la masita de que Ella sólo escucha al pibe Axel. Ni hablemos de los ministros. ¿Viste Randazzo? La venganza es un plato que se come frío. Ahora manda el pibe. Ella lo quiere a él. Él es su candidato. Y lo mima por Cadena Nacional. ¡Con el cuadro de Perón y Evita de fondo! Rossi, Dominguez, Urribarri. A comeeeerlaaa!!! En el camino hacia el ocaso, aunque sea detrás mío, ya pueden ir haciendo la cola.
Pero Amado pasa del alivio al miedo. ¿Y si la gente se harta de los buitres, y de la cláusula Rufo, y de los bonistas, y de la reestructuración con ley americana, y de todo eso? ¿Y si de repente se avivan que lo de Ciccone y Vanderfrula es mucho más fácil de entender y mucho más divertido? Ni te cuento lo popular que es el tema de currar a la jermu en un divorcio. ¿Quién no sabe lo que es adulterar un 08? Y otra vez el frío en el pecho. Respire hondo Amado, le dice el tordo. Y el tipo obedece porque no puede más de los nervios y se calma.
Hasta que otra vez suena el celu. Amado, tu novia aparece en bolas en todos los diarios y revistas del país. En todos los quioscos de la Patria. En todas las pantallas de todas las computadoras, los iPads y los celulares de toda la Argentina. A lo ancho y a lo largo. ¡Oh shit!, grita Amado que no gana para sustos. Se compra un circo y le crecen los enanos. Como aquel personaje de García Márquez que caminaba por el pueblo de Macondo seguido por una nube de mariposas amarillas, a Amado lo persigue incansable una nube de tábanos.
Tranquilo Amado, son fotos viejas. No pasa naranja. Además la Presidenta vuelve a hablar por Cadena Nacional denunciando que el mundo nos ataca, que nos extorsionan, que Ella no piensa firmar nada y que ahora debe resolver el Congreso. ¿Ves Amado?, le dice el boga, están pasando cosas más importantes. Se les complicó todo, Amado. El dólar a 14 mangos, la inflación pasa el 30%, cae la soja en Chicago. Despreocupate. Lo tuyo ya es una pelotudez. Relajate, Amado. Llegaron los Buitres, Amado. Ya nadie habla de vos, Amado. Zafamos, Amado. En silencio, pero festejá. Ahora todo es cláusula Rufo, Singer, Griesa, bonistas. Tal vez esto dure meses. Quizás todo el año. Con un poco de suerte se estira algo más. Hasta que arribe el olvido. A lo sumo el ocaso. El destierro. Siberia. Macondo. Después de todo, no es tan grave. Vamos Amado. Ánimo. No hay soledad que dure cien años.
Sin embargo, aquel congelamiento atraviesa hoy por un momento de alivio. Cosas mucho más graves suceden en la República y en el medio de este gran despelote, el vice tiene un respiro. Un oasis que no estaba en los mapas. Por un instante salió del ojo de la tormenta. Es curioso: si hay un argentino que tiene que prenderle una vela a los Buitres, ese es Amado Boudou. Extraña paradoja para un progresista, nacional y popular. El famoso Hombre Nuevo de Puerto Madero. Literalmente.
Amado despierta cada mañana en estado de alerta. No es para menos. Sospecha que el sol le tiene reservado una nueva hecatombe y abre los diarios temblando. No prende la radio pero relojea el celu por si lo llaman para darle un disgusto. Amado, están hablando de un negocito que hiciste en Mar del Tuyú. Amado, ¿escuchaste lo que dijo Lanata? Amado, parece que Mengano va a contar todo. Días de pesadilla.
Pero hoy la vida le concede esta tregua generosa. Amado revive y piensa que lo que está ocurriendo con los buitres es un quilombo descomunal, pero al menos no es mi quilombo. Ningún opositor, ningún periodista me ha involucrado. Por lo menos, de esta zafo. Hay un montón de tipos para putear antes que a mí, piensa Amado harto de que lo puteen. Esta no es mía. En esta no tuve nada que ver. O muy poquito. Nadie se va a enterar que cuando fuimos con Lorenzino a Nueva York para asistir a las audiencias, nos cruzamos en el ascensor con el Juez Griesa y le hicimos “sumbudrule”. Nada grave.
Por suerte no fui al Luna Park, piensa Amado. El núcleo duro K había organizado un acto en repudio a los buitres y planeaban también hacerle un desagravio. Y Amado, para saber si le convenía, lo llamó a su abogado porque hoy sin el boga no va ni al baño. Y el tipo lo paró en seco. ¿Vos estás loco, macho?
Te están diciendo que sos un trucho, que falsificaste los papeles para currarle un auto a tu jermu, que armaste una maniobra para quedarte con la fábrica de hacer billetes o al menos ayudar a que tus amigos se la queden. ¿Y vos te vas a hacer defender por Luis D’Elía? No papi. ¿Querés también que te consigamos una cartita de Bin Laden diciendo que sos un muchacho macanudo? ¡Te hunde, hermano!
Dime quién te defiende y te diré quién eres. Vos haceme caso y no abras la boca, le dice el boga. Y Amado cierra el pico porque el quilombo con los buitres se va poniendo más denso y el suyo va quedando más lejano. Y más pequeño porque si algo hay que reconocer es que lo de Amado es de gallinero. Y por ahí, en una de esas, este huracán de la deuda limpia todo y chau.
Aferrado a esta ilusión, Amado descansa hasta que se entera de que un juez en Nevada, investiga las cuentas de la posible corrupción argentina por pedido de los Buitres. Porque estos tipos no paran. Te buscan todo hasta que te encuentran. Ya se lo hicieron al Presidente del Congo que no les quiso garpar y entonces le deschavaron que tenía guita hasta en el banco de la plaza de la esquina. Es que esta gente levanta el teléfono y le dice a Juan Carlos Offshore: mandame todas las cuentas que estén a nombre de fulanito o sospechosas de estarlo, y el tipo se las da. Obvio, si juegan todos en el mismo equipo. Si juegan a las figuritas juntos desde chiquitos. Y entonces Amado se asusta y llama a su socio Carmona. Y el tipo le dice tranquilo papi, que están investigando el quilombo de Lázaro Báez, que con nosotros no se van a meter ¿Viste? Ahora la que no duerme es Ella.
Y Amado se entusiasma. Lo de Ciccone ya pasó a la página 8. Gracias buitres. Griesa querido, Amado está contigo. Encima se están matando entre todos los kirchneristas que me cerraban la puerta en la cara. Los que me ningunearon, los que me mandaban a arreglármelas solito. Capitanich y Zannini ahora desplazados por Kicillof. Todos los senadores que me daban vuelta la cara, ahora se tienen que comer la masita de que Ella sólo escucha al pibe Axel. Ni hablemos de los ministros. ¿Viste Randazzo? La venganza es un plato que se come frío. Ahora manda el pibe. Ella lo quiere a él. Él es su candidato. Y lo mima por Cadena Nacional. ¡Con el cuadro de Perón y Evita de fondo! Rossi, Dominguez, Urribarri. A comeeeerlaaa!!! En el camino hacia el ocaso, aunque sea detrás mío, ya pueden ir haciendo la cola.
Pero Amado pasa del alivio al miedo. ¿Y si la gente se harta de los buitres, y de la cláusula Rufo, y de los bonistas, y de la reestructuración con ley americana, y de todo eso? ¿Y si de repente se avivan que lo de Ciccone y Vanderfrula es mucho más fácil de entender y mucho más divertido? Ni te cuento lo popular que es el tema de currar a la jermu en un divorcio. ¿Quién no sabe lo que es adulterar un 08? Y otra vez el frío en el pecho. Respire hondo Amado, le dice el tordo. Y el tipo obedece porque no puede más de los nervios y se calma.
Hasta que otra vez suena el celu. Amado, tu novia aparece en bolas en todos los diarios y revistas del país. En todos los quioscos de la Patria. En todas las pantallas de todas las computadoras, los iPads y los celulares de toda la Argentina. A lo ancho y a lo largo. ¡Oh shit!, grita Amado que no gana para sustos. Se compra un circo y le crecen los enanos. Como aquel personaje de García Márquez que caminaba por el pueblo de Macondo seguido por una nube de mariposas amarillas, a Amado lo persigue incansable una nube de tábanos.
Tranquilo Amado, son fotos viejas. No pasa naranja. Además la Presidenta vuelve a hablar por Cadena Nacional denunciando que el mundo nos ataca, que nos extorsionan, que Ella no piensa firmar nada y que ahora debe resolver el Congreso. ¿Ves Amado?, le dice el boga, están pasando cosas más importantes. Se les complicó todo, Amado. El dólar a 14 mangos, la inflación pasa el 30%, cae la soja en Chicago. Despreocupate. Lo tuyo ya es una pelotudez. Relajate, Amado. Llegaron los Buitres, Amado. Ya nadie habla de vos, Amado. Zafamos, Amado. En silencio, pero festejá. Ahora todo es cláusula Rufo, Singer, Griesa, bonistas. Tal vez esto dure meses. Quizás todo el año. Con un poco de suerte se estira algo más. Hasta que arribe el olvido. A lo sumo el ocaso. El destierro. Siberia. Macondo. Después de todo, no es tan grave. Vamos Amado. Ánimo. No hay soledad que dure cien años.
@
http://www.clarin.com/opinion/Amado-cien-anos-soledad_0_1199280090.html
http://teatroindependientelaplata.blogspot.com.ar/2014/08/las-fotos-de-agustina-kampfer-desnuda.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario