Cipolla exploró el controvertido tema de la estupidez formulando su famosa Teoría de la Estupidez, expresada por primera vez en su ingenioso panfleto de 1988 titulado Allegro ma non troppo.
En este escrito Cipolla desarrolla una visión de la gente estúpida como un grupo más poderoso que grandes organizaciones como la Mafia, el Complejo Militar Industrial (MIC), o la Internacional Comunista. El grupo de los estúpidos, sin reglamentaciones, líderes o manifiestos, consigue ejercer un gran efecto con una coordinación increíble.
En el mismo libro pueden encontrarse las leyes fundamentales de la estupidez:
- Siempre e inevitablemente cualquiera de nosotros subestima el número de individuos estúpidos en circulación.
- La probabilidad de que una persona dada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica propia de dicha persona.
- Una persona es estúpida si causa daño a otras personas o grupo de personas sin obtener ella ganancia personal alguna, o, incluso peor, provocándose daño a sí misma en el proceso.
- Las personas no-estúpidas siempre subestiman el potencial dañino de la gente estúpida; constantemente olvidan que en cualquier momento, en cualquier lugar y en cualquier circunstancia, asociarse con individuos estúpidos constituye invariablemente un error costoso.
- Una persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que puede existir.
Por deducción, de la tercera ley, Cipolla identifica dos factores a considerar cuando se explora la conducta humana:
- Beneficios y pérdidas que un individuo se causa a sí mismo
- Beneficios y pérdidas que un individuo causa a los otros
Creando un gráfico en el que se coloca el primer factor en el eje x y el segundo en el eje y se pueden obtener cuatro grupos de individuos:
- Inteligentes: benefician a los demás y a sí mismos.
- Desgraciados o incautos: benefician a los demás y se perjudican a sí mismos.
- Bandidos o malvados: perjudican a los demás y se benefician a sí mismos.
- Estúpidos: perjudican a los demás y a sí mismos.
Las matemáticas de la estupidez
Aquellos de nosotros que hemos estudiado carreras científicas, a menudo nos encontramos con personas que nos hacen la misma pregunta: ¿para qué sirven las matemáticas?
Se trata de una pregunta difícil de contestar, precisamente porque las matemáticas sirven para todo. Personalmente, me gusta responder que “las matemáticas son el brazo armado del pensamiento racional”.
El asunto del que hoy voy a hablar es un buen ejemplo de ésta versatilidad que tienen las ideas matemáticas para analizar cuestiones de todo tipo; en concreto, hablaremos de lo que se ha dado en llamar teoría de la estupidez.
La idea original se la debemos al historiador económico italiano Carlo Maria Cipolla. En los años 70, escribió un breve ensayo titulado “Las leyes fundamentales de la estupidez humana”, que aparecería publicado años más tarde dentro de una obra algo más amplia titulada “Allegro ma non troppo”.
En dicho ensayo, Cipolla define a una persona estúpida como “una persona que causa un daño a otra persona o grupo de personas sin obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí, o incluso obteniendo un perjuicio”. Es, claramente, la definición de un economista; obsérvese que no hace referencia alguna a inteligencia, nivel de estudios, etcétera…
Propone además la utilización de diagramas como el que mostramos a continuación para analizar interacciones entre personas o grupos de personas, y cuantificar así el nivel de estupidez de determinada acción:
[sigue aquí...]
@
http://es.wikipedia.org/wiki/Carlo_Maria_Cipolla
http://naukas.com/2013/06/06/las-matematicas-de-la-estupidez/
http://relymen.blogspot.com.ar/2013/08/gano-el-boludo.html
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